miércoles, 23 de septiembre de 2009

Un pequeño desperfecto.

Por Carolina Zepeda.
Por momentos en nuestra vida, podemos sentirnos como lejos de nuestros seres queridos estando a unos centímetros de ellos y compartiendo aún el mismo espacio, parece que no existe un canal de comunicación eficiente, como si el nuestro fuera una arteria con colesterol que se reduce en su diámetro y la cantidad de sangre (ideas, pensamientos, necesidades, afectos) que debe fluir en ella, no es ni la mínima aceptable. Parece que de un tiempo para acá todo lo que hacemos y nos hacen está marcado con la etiqueta: “Júzgame con libertad”, de modo que siempre terminamos siendo calificados como en un examen oral de la escuela. No tenemos muy claro en qué momento o de qué manera hemos llegado a este punto con nuestras relaciones familiares, sin embargo ya somos conscientes de que esto está sucediendo y si entendemos que de cualquier forma, tarde que temprano debemos ponerle un arreglo o solución sin tener opción a negarnos, solo hace falta avocarse a arreglar el desperfecto. Es algo así como dejar de “preocuparnos” por nuestra situación con tal o cual persona, sino más bien “ocuparnos“ en la solución y /o arreglo de la misma. ¿Por qué no existe la opción de negarnos a resolver el asunto? Bueno, simplemente por que el lazo que nos une con esa persona con la cual tenemos una comunicación con algún desperfecto, es el amor, ya sea el amor de padre-hijo, de hermanos, o de pareja, porque por eso los llamamos seres queridos. El único requisito que nos es exigido para dar este paso es el amor, el cual por principio de cuentas, dada la naturaleza de nuestras relaciones, existe gracias a Dios. Y de verdad gracias a Dios, primero por permitirnos reconocernos como seres queridos a través del AMOR, y además por tener la capacidad y posteriormente el deseo de solucionar nuestros desperfectos en nuestras relaciones. La importancia del Amor, la encontramos en 1 Corintios 13:1-3, donde se nos muestra que de principio para hacer, cambiar o emprender necesitamos el factor AMOR, como insumo y también como herramienta. Podemos sentirnos agobiados por que sabemos que tenemos un problema por resolver a nivel interpersonal, pero podemos descansar al descubrir que no hace falta nada para empezar a dar solución, ya que tenemos el amor, y del deseo de lograrlo. ¿Qué pasa cuando no tengo el deseo de lograrlo? Bueno… ahí ya el problema lo tienes dentro de ti y el trabajo debe comenzar desde un punto más profundo, tu corazón. Agradezcamos al Señor por la capacidad de amar, sabemos que a partir de ahí, todo tiene solución por medio de Él, y pidamos por mantener ese deseo para solucionar nuestros problemas interpersonales.

1 Corintios 13:1-3.



Si yo hablara lenguas humanas y angélicas, pero no tengo amor, he llegado a ser como metal que resuena o címbalo que retiñe.


Y si tuviera el don de profecía, y entendiera todos los misterios y todo conocimiento, y si tuviera toda la fe como para trasladar montañas, pero no tengo amor, nada soy.


Y si diera todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregara mi cuerpo para ser quemado, pero no tengo amor, de nada me aprovecha.

2 comentarios:

  1. A varias parejas en nuestra congre les urge meditar sobre esto... ¡qué el Señor les ayude a entender!

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  2. En mas de un momento de nuestras vidas hemos sentido la necesidad de expresarle nuestra posición ( o incluso, oposición) a alguien cercano, llamese " ser querido"; y hemos dejado ese momento para despues, para alguna ocasión mas propia, para algún otro momento. Me parece un error; debemos ser cabales y congruentes, tomar la situación y decir lo que creemos debe ser expresado ( dejando hablar al Señor por nosotros) siendo siempre honestos, siempre respetuosos y siempre propositivos. Dice la palabra que quien tiene el corazon limpio, de él emanaran cosas buenas. Y no solo aplica para aquellas cosas que nos causan distanciamiento, tambien aplica para aquellas cosas que deben acercarnos mas. Saber expresar amor no solo con actitudes y detalles; un "te quiero" dicho desde dentro y sin esperar nada a cambio, es alimento puro al alma... y lo digo con certeza, nos acerca a quienes realmente nos importan.

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