Por Delia Castillo.
Un viejo y sabio búho, se sentó en un roble, mientras más veía, menos hablaba y cuanto menos hablaba, más escuchaba… ¿Por qué no somos como ese viejo búho?
Ahora pues, ve, y yo estaré con tu boca, y te enseñaré lo que hayas de hablar. (Éxodo 4:12)
Las mandíbulas agitadas estropean los sentidos más importantes que son: el oído y la vista.
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